TEATRO VENATORIO Y COQUINARIO GALLEGO.

TEATRO VENATORIO Y COQUINARIO GALLEGO. 
Teatro venatorio y coquinario gallego. ediciones monterrey. vigo 1958. . teatro venatorio y coquinario gallego : o sea arte de la caza. --josé maría castroviejo, alvaro cunqueiro . 1ªedición . -edición numerada de 540 ejemplares. encuadernación en tapa blanda . -ilustrado con once xilografías abiertas en boj, por e. -c. ricart arte de la caza: por josé maría castroviejo y blanco-cicerón . -103pag arte de cocina: por alvaro cunqueiro y mora montenegro. -59pag epílogo galeato: por emilioalvarez blázquez . - 10pag en la segunda parte del teatro venatorio y coquinario gallego, titulada «arte de cocina», don álvaro va desgranando recetas antiguas sobre piezas de caza gallegas, que ha probado, contrastadas con las de otros cocineros, clásicos y actuales, al hilo de anécdotas, cuentos y fábulas variadas. su prosa siempre literaria, a veces rayana en lo poético, nos resulta especialmente imaginativa en el prólogo a esta sección. cómo no hacer referencia al quijote al hablar de cetrería siendo el propio alonso quijano «amigo de la caza» según cervantes. cunqueiro inventa una historia en torno a la figura del caballero del verde gabán. este recibe en su casa a unos cazadores amigos que llegan con sus presas y se disponen a degustar el vino mientras se preparan las viandas. tras una introducción del narrador, casi me atrevería a decir de acotación teatral, el caballero toma la palabra y con lenguaje elaborado y culto enumera el menú preparado por su cocinera: ostras, perdices escabechadas con puré de castañas y requesón con miel. construye un discurso sobre la figura mitológica de la diana cazadora que le sirve para describir la atmósfera que envuelve el arte de la caza y su cocina posterior. una nueva intervención del narrador a modo de acotación le muestra apoyando la copa de vino en la ventana y repitiendo un gesto de diana con la sangre de la liebre muerta. tras diana, menta a baco como otro gran participante de las cacerías y mesas venatorias, y enumera los vinos más adecuados para estas reuniones. y ha encontrado este caballero cervantino un santo de los cocineros: san josé supertino, el volador, porque era tal su arte culinario que le alzaba al cielo. otra acotación muestra al caballero subirse a una silla y recita en latín «omnia fert aetas, animum quoque», verso virgiliano traducido en esta ocasión por «todo lo borra el tiempo, hasta el amor». despliega entonces cunqueiro su humorismo en la reflexión que le sigue: no importa que el tiempo borre el amor pero no ha de borrar las cantidades de los ingredientes de las recetas de cocina. podrá desaparecer la memoria de babilonia, la ciencia gramatical de donato, pero la culinaria es un arte con mayúsculas en el que no se debe innovar sino conservar y repetir las recetas.